El huracán que impactó el Caribe Mexicano

Han pasado ya 16 años desde que un huracán causó daños que aún no se pueden olvidar. El huracán Wilma en 2005 denominado categoría 5 por sus vientos que alcanzaron los 230 y hasta los 285 kilómetros por hora, fue un evento que también dejó enseñanzas entre los quintanarroenses.

Como parte de las enseñanzas que nos permitió haber vivido un fenómeno de esta magnitud, sin duda fue la de prevenir y en el caso de algunos hoteles, mejorar los protocolos de seguridad. Sobre todo, aquellos complejos que cuentan con refugios temporales para sus huéspedes y su personal.

Actualmente, aún se siguen mejorando los planes de acción ante un huracán, no obstante siempre hay aspectos que se pueden modificar.

 En cuestión de protección física, también ha habido grandes avances desde Wilma, ahora por ejemplo, la gente se ha dado cuenta que la madera no funciona ante un huracán de gran magnitud y busca reducir al mínimo los daños por pérdida consecuencial.

Como bien sabemos, la ubicación geográfica de Quintana Roo se encuentra en una zona de alto riesgo al estar tan cerca del Atlántico, donde se forman las tormentas y huracanes, las trayectorias pueden impactar directamente y precisamente por esta razón, se ha fomentado la cultura de la prevención y la conciencia de actuar responsablemente ante la amenaza de huracanes. Cada temporada de huracanes, que abarca del mes de mayo al mes de noviembre, siempre se tiene la incertidumbre que un huracán vuelva a impactar las costas del Caribe mexicano con la misma o una intensidad mayor a la de Wilma en 2005.